Se denomina kintsugi (traducido literalmente como carpintería de oro) al arte japonés de arreglar fracturas de la cerámica con barniz de resina espolvoreado o mezclado con polvo de oro, plata o platino.
El arte mencionado tiene un origen antiguo, se remonta al siglo XV: el sogún Ashikaga Yoshimasa envió a China su taza favorita para beber té que se había roto para que fuera reparada. De China volvió con las piezas unidas con grapas metálicas. El resultado no satisfizo al sogún. Os pongo la siguiente foto para que veais la diferencia.
Yoshimasa convenció a los alfareros japoneses que intentasen unir las piezas de manera que el cuenco quedará tan hermoso como el original. Y les desafió a que mejoren la pieza original. Y ahí nació la técnica.
Forma parte de una filosofía que plantea que las roturas y reparaciones forman parte de la historia de un objeto. Por ello deben mostrarse en lugar de ocultarse, incorporarse y además al hacerlo lo que consiguen es embellecer al objeto. Ponen de manifiesto su transformación e historia adquiriendo con ello un mayor valor. El resultado es que la cerámica no sólo queda reparada, sino que es aún más fuerte que la original. En lugar de tratar de ocultar los defectos y grietas, estos se acentúan y celebran, ya que ahora se han convertido en la parte más fuerte de la pieza. La prueba de la fragilidad de estos objetos y de su capacidad de recuperarse son lo que los hace bellos.
Estos maestros alfareros se rigen por la estética japonesa, que se basa en los principios del wabi-sabi, donde se reconocen tres realidades que son, en definitiva, tres negaciones: nada dura, nada está completado y nada es perfecto. El concepto es complejo y no pretendo alargarme en ello, solo pretendo haceros ver las diferencia abismal que existe con la concepción de la estética occidental. En definitiva, uno de sus dogmas plantea que un objeto no es bello por sí, no es bella su apariencia sino su esencia. La importancia que se da a las cosas está en quién las mira no en las cosas en sí mismas.
Si quereis ver cómo en la actualidad realizan esta técnica es muy interesante el video que podreis ver pinchando aquí. Es cortito y merece la pena.
Visto desde nuestra mentalidad occidental puede sonarnos bastante raro e incompresible. Que un objeto roto, dañado, que ha dejado de ejercer su función sea más valioso precisamente por ello y que las roturas sean remarcadas a la hora de su reparación...pues no casa mucho con la mentalidad basada en el consumo de usar y tirar.
Pero me resulta una idea muy hermosa. Cada vez estoy más segura de que tenemos que aprovechar y valorar las cosas desde otra perspectiva, como ésta por ejemplo.